Creo que fue en una serie de televisión: “un manicomio gestionado por sus internos”, se decía como expresión del absurdo, que he recordado muchas veces en las oportunidades más diversas.
Leo en la prensa de hoy que los reos deciden la organización interna en una de cada cuatro cárceles mexicanas. Es en una deliciosa crónica que desde México firma en “El País” Salvador Camarena y no me resisto a reproducir:
“La policía mexicana halla 19 prostitutas, armas, alcohol y marihuana en un penal”, se titula. Con un subtítulo: “En la cárcel de Acapulco había también 100 televisores y 53 gallos de pelea”.
Esta es la crónica: “Hay quien recuerda que alguna vez en una cárcel mexicana un interno logró que le permitieran tener una yegua “a la cual le tenía bastante cariño”. Se sabe de otro caso en el que en un penal de Ciudad Juárez un recluso pudo no solo mantener dentro su colección de víboras y tarántulas, sino que logró que le permitieran adornar con columnas tipo romano la celda que habitaba. Y a pesar de esos antecedentes, nadie se explica el hallazgo de armas, marihuana y 53 gallos de pelea, además de gallinas, pollitos y guajolotes (pavos) y dos pavorreales, en un penal de Acapulco.
Como parte del refuerzo de la seguridad en Guerrero, Estado en el Pacífico mexicano cuya principal atracción turística es el puerto acapulqueño, más de 500 militares y policías federales y estatales entraron por sorpresa el domingo por la noche en el Centro de Readaptación Social de la ciudad. Además de dos costales de marihuana y los animales citados, los policías decomisaron tres pistolas, armas punzocortantes y decenas de aparatos electrodomésticos (pantallas de televisión, reproductores DVD y teléfonos celulares) y detuvieron a 19 mujeres, presuntamente prostitutas, que dormían con internos.
“Datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos señalan que, de las 440 cárceles de México, en cien de ellas se gestiona el autogobierno, es decir, son los reos los que deciden toda la organización interna, que va desde la definición de la visita conyugal, el uso de dormitorios, la asignación de espacios y tareas hasta la forma en que se distribuye droga y se rentan o venden directorios telefónicos que son usados por los internos para delitos de extorsión que se intentan desde los reclusorios”, explica Gabriel Regino, especialista en temas penales y exfuncionario policial en México.
Regino recuerda que fue en un penal de Hermosillo donde se permitió que un preso tuviera a su yegua. En esa misma ciudad, en julio pasado, las autoridades detectaron que en el interior de un penal se rifaba —a poco más del equivalente de diez euros— una suite con equipamiento de lujo. También en julio pasado, pero en Ciudad Juárez, 17 internos, entre ellos una mujer, fueron asesinados dentro del penal municipal.
Ayer fue cesado el director del penal de Acapulco, que será investigado junto con tres guardas. Unos 60 internos serán trasladados a otras cárceles. No se ha informado del destino de los gallos, gallinas, pollitos y pavorreales".
Leo en la prensa de hoy que los reos deciden la organización interna en una de cada cuatro cárceles mexicanas. Es en una deliciosa crónica que desde México firma en “El País” Salvador Camarena y no me resisto a reproducir:
“La policía mexicana halla 19 prostitutas, armas, alcohol y marihuana en un penal”, se titula. Con un subtítulo: “En la cárcel de Acapulco había también 100 televisores y 53 gallos de pelea”.
Esta es la crónica: “Hay quien recuerda que alguna vez en una cárcel mexicana un interno logró que le permitieran tener una yegua “a la cual le tenía bastante cariño”. Se sabe de otro caso en el que en un penal de Ciudad Juárez un recluso pudo no solo mantener dentro su colección de víboras y tarántulas, sino que logró que le permitieran adornar con columnas tipo romano la celda que habitaba. Y a pesar de esos antecedentes, nadie se explica el hallazgo de armas, marihuana y 53 gallos de pelea, además de gallinas, pollitos y guajolotes (pavos) y dos pavorreales, en un penal de Acapulco.
Como parte del refuerzo de la seguridad en Guerrero, Estado en el Pacífico mexicano cuya principal atracción turística es el puerto acapulqueño, más de 500 militares y policías federales y estatales entraron por sorpresa el domingo por la noche en el Centro de Readaptación Social de la ciudad. Además de dos costales de marihuana y los animales citados, los policías decomisaron tres pistolas, armas punzocortantes y decenas de aparatos electrodomésticos (pantallas de televisión, reproductores DVD y teléfonos celulares) y detuvieron a 19 mujeres, presuntamente prostitutas, que dormían con internos.
“Datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos señalan que, de las 440 cárceles de México, en cien de ellas se gestiona el autogobierno, es decir, son los reos los que deciden toda la organización interna, que va desde la definición de la visita conyugal, el uso de dormitorios, la asignación de espacios y tareas hasta la forma en que se distribuye droga y se rentan o venden directorios telefónicos que son usados por los internos para delitos de extorsión que se intentan desde los reclusorios”, explica Gabriel Regino, especialista en temas penales y exfuncionario policial en México.
Regino recuerda que fue en un penal de Hermosillo donde se permitió que un preso tuviera a su yegua. En esa misma ciudad, en julio pasado, las autoridades detectaron que en el interior de un penal se rifaba —a poco más del equivalente de diez euros— una suite con equipamiento de lujo. También en julio pasado, pero en Ciudad Juárez, 17 internos, entre ellos una mujer, fueron asesinados dentro del penal municipal.
Ayer fue cesado el director del penal de Acapulco, que será investigado junto con tres guardas. Unos 60 internos serán trasladados a otras cárceles. No se ha informado del destino de los gallos, gallinas, pollitos y pavorreales".
Y no solo es que deja muy pequeña la paradoja del manicomio. Es que desborda cualquier exceso de imaginación que podamos permitirnos gente como yo que tiene, además, la osadía de pretender escribir. Ante el relato de hechos más o menos extraordinarios suele decirse que la realidad supera la ficción.
Y me pregunto: con escenarios como el que se describe en el penal de Acapulco, ¿qué espacio queda para la ficción aunque se pretenda navegar por la atmósfera del realismo mágico?

Policia resguardando el penal donde ocurrió la redada
No hay comentarios:
Publicar un comentario