sábado, 31 de diciembre de 2011

IMANOL


Entretengo los últimos días del año, ante las hojas en blanco de la agenda del que vendrá, en repasar, día a día, el que dejamos atrás. Siempre hay alguna idea que aprovechar, alguna deuda que saldar. Al llegar al abril pasado, una anotación me ha atravesado como una puñalada: en aquellos días murió mi amigo Imanol Elorriaga.

Ni una palabra por mi parte; pocas, muy pocas por parte de otros. Escribí en la agenda: hay una cosa peor que morir; morir en vacaciones. Imanol murió accidentalmente en la Semana Santa y quiero pensar que muchos, como yo, viajábamos por aquellos días.

¿Qué quien era Imanol Elorriaga? Persona  central del empresariado vasco en los últimos dos decenios del pasado siglo, tuve la fortuna de conocerle y colaborar estrechamente con él, cuando era Presidente de la Cámara de Comercio de Gipuzkoa. Una contradicción aparente: un ciudadano vizcaíno presidiendo una notable institución guipuzcoana.

Elorriaga era primer ejecutivo y principal accionista de Niessen, empresa radicada en Oiartzun, condición que le abrió las puertas de la Cámara. Pero era, sobre todo, una persona dispuesta a dejarse la piel por resaltar lo mucho que nos unía a guipuzcoanos y vizcaínos por encima de lo que pudiera separarnos, incluidas diferencias en materia  futbolística. Era, cómo decirlo, un ciudadano vasco.

Puso el nombre de Niessen en la camiseta de la Real y pagó satisfecho el peaje del patrocinio sin dejar de ser seguidor leal del Athletic. Cuando, preocupado por el nivel de encrespamiento que alcanzaba una confrontación Donostia-Bilbao que juzgaba artificial e interesada y amenazaba con ser incontrolable, promovió una confraternización de las dos sociedades que en buena mediada, además de animar, financió.

Compartimos hermosas experiencias vitales, entre las que recuerdo ahora una tarde en el Bolshoi de Moscú, ante una representación de La Traviata o un mediodía en su casa de Sopelana ante una caja de  Vega Sicilia Único reserva especial de 1970. Guardo para mí otros recuerdos, producto de su naturaleza confiada y participativa.

Muy tarde ahora, aunque aún en los límites de este 2011 en el que dejó de ser, necesitaba reivindicar a Imanol Elorriaga. Decía Céline, el controvertido escritor francés de quien en este año hemos conmemorado el medio siglo de su fallecimiento, que “cuando no se tiene imaginación, morir es poca cosa; cuando se tiene, morir es demasiado”.

Vaya desde aquí el recuerdo a ese imaginativo, creativo y emprendedor ciudadano vasco que fue Imanol Elorriaga.

http://www.lanerote.es/foto/niessen.jpg

2 comentarios:

  1. Xabier, no sabes como te agradezco este comentario en el ultimo día de ese fatidico año. Agradezco sobre todo, el énfasis que tu haces de su faceta empresarial.
    Yo como hija le hecho de menos todos los días, pero creo que en el ambito empresarial hemos perdido alguien que podría poner algo de luz en estos días de negro futuro economico.

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  2. No tuve el placer de conocer a Elorriaga. Intuyo que era uno de esos héroes anónimos para el gran público. No salen en los periódicos como los deportistas famosos pero su contribución hacia el País hace que sean indispensables cara al futuro de la sociedad vasca.

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