LOS SUEÑOS

No creía, de verdad, que fuera posible llegar a este día, este primero de agosto de 2012, sin haber sido intervenidos; incluso, algo peor.

Escribo por eso, breve esta vez, con una prudente euforia si se permite el oxímoron. Las soluciones están aún muy lejos, pero los remedios no ahogan aunque aprieten.

La polémica, que dura ya cuatro o cinco años, sigue en lo más alto: ¿a quien corresponde la preeminencia en la actual situación, a la política o a la economía? Si alguien recuerda, en este blog se ha reclamado a la política un protagonismo del que ha hecho dejación.

E insisto en que no hay renuncia posible: a la Europa común y a cuanto se deriva de ella. Solo la voluntad política la hará viable; y el necesario equilibrio económico debe hacerla creíble.

Es un debate que no puede obviarse ni siquiera en medio del verano (lo siento por los amigos que me leen desde el invierno austral), aunque este sea tiempo de controversias más amables. Leía a Coetzee hace unas semanas y traslado aquí, por si alguien quiere dejar su opinión, una vieja polémica que recordaba el escritor sudafricano: ¿qué es más poético, un amanecer o una puesta de sol?

Poesía. Un recurso siempre y un refugio en la incertidumbre y la intranquilidad. La recomiendo constantemente y me aplico complaciente el remedio. La referencia es hoy una poeta polaca fallecida este mismo año, Wislawa Szymborska, que fue premio Nobel en el 96 y tiene una obra sencillamente monumental (otro posible oxímoron en una sola página).

Bálsamo ideal en este tiempo complicado para todos y apurado para muchos, reflexionaba Szymborska:

“La vida en la tierra sale bastante barata.

Por los sueños, por ejemplo, no se paga ni un céntimo.

Por las ilusiones, solo cuando se pierden”.

Wislawa Szymborska