MARÍA

¡Qué mundo te recibe, María! No voy a hacer una relación de las amenazas más recientes que apuntan hoy a nuestra forma de vida que seguramente no llegará a ser la tuya, porque cuando tengas capacidad de leerlas (no de entenderlas, creo que son incomprensibles) probablemente no serán ya ni recuerdo.

Así y todo, ¡sé muy bienvenida, María!

María Zabaleta García ha nacido a primera hora de esta mañana, 19 de julio, para de repente hacer un poco más mayor a Julia, su hermana y a sus primos Telmo y Juan. Mi póquer de nietos hecho de dobles parejas; esto no es un juego. Ha llegado poderosa con sus más de cuatro kilos de peso que han puesto a prueba la fortaleza de Amalia, su madre. Una fortaleza siempre evidente y más aún ayer mismo por la tarde cuando compartíamos baño en las aguas de la playa de Ondarreta.

De quienes preceden a María he aprendido mucho, lo que no tiene especial mérito si se tiene en cuenta que lo ignoraba todo. El día de Navidad de 2013, por ejemplo, me vi empujando el carrito de Telmo a lo largo del paseo de La Concha, algo que no había hecho nunca antes. Otro día fue el primer pañal (y el único, lo confieso) que cambiaba en mi vida, a Julia. He ido varias veces ya a las actuaciones de los payasos que los pequeños idolatran. Hasta creo que una vez, no recuerdo el motivo ni a quien, dije ‘no’.

La experiencia adquirida en este tiempo compensa sobradamente la pérdida de facultades propia de ese mismo tiempo, lo que hace que me sienta cualificado para ofrecer a María, como hice a su hermana y sus primos, mi apoyo para crecer libre, tolerante, curiosa, para llegar a ser una buena persona que es la aspiración de base tantas veces comentada con Xabi, su padre.

Lo demás vendrá por añadidura.