36,5 DÓLARES
En los mismos
días en que se cerraba el fichaje por el PSG de Neymar Jr. por 222 millones de
euros a los que, sumados incentivos e impuestos, elevan la cifra final de la
operación a unos 450 millones, pasaba inadvertida otra noticia indirectamente
relacionada con el fútbol y con el hasta ahora compañero (y jefe) de Neymar en
el FCB, Messi.
Este, el
mejor futbolista de la historia, se había casado en los primeros días de las
vacaciones de la mayoría de los jugadores con su novia de siempre en Rosario,
la ciudad en la que nació. Su boda fue un extraordinario acontecimiento social
no solo en la Argentina. Aunque aparentemente selectos, los invitados no fueron
muchos: 260, tantos como guardias de seguridad había contratado para la
celebración de la fiesta.
¿Qué podían
regalar estos invitados a uno de los deportistas mejor pagados del mundo? Messi
les pidió que hicieran una aportación a una organización llamada Techo, una ONG latinoamericana que trata
de procurar vivienda digna a pobladores de asentamientos precarios. Techo ha publicado las aportaciones
recibidas por esta iniciativa: 9.500 dólares. Tocan, en una elemental división,
a 36,5 dólares por invitado, una cantidad que es más que un insulto; que es una
bofetada.
En la fiesta
de la boda habían instalado, entre otras diversiones, un casino. (De las bodas
en las que he estado solo en la más reciente disfruté de algo que pudiera
asemejarse: una carreta en la que se disputaban las tradicionales carreras de
camellos con muñeco de peluche como premio al ganador).
El casino era
de los de verdad (también lo era la carreta de los camellos). En el casino,
algunos de los participantes en el casamiento se dejaron varios, bastantes
miles de dólares; muchos más que los recaudados por todos a favor de Techo.
Es
inimaginable un modo más contundente de reflejar la miserable condición humana
de unos privilegiados. De la insolidaridad de algunos deportistas, no solo
futbolistas, se tiene constancia en las denuncias de que son objeto por las
agencias tributarias pero, aunque anecdóticos, esos 36,5 dólares creo que
molestan más.
No he
encontrado consuelo en la noticia más reciente que vendría a ser el reverso de
la originada en el regalo de la boda: el anuncio hecho por otro futbolista,
este del MU, Juan Mata, quien propone al conjunto de los jugadores la donación
del 1% de su sueldo con destino a una ONG que compagina la práctica del fútbol
con la ayuda a los niños más desfavorecidos en cualquier lugar del mundo.
Es una
estupenda iniciativa, como era buena la de Messi. Pero, con los antecedentes
que conocemos, no es fácil ser optimista. En el mundo del fútbol (no el de
Mata, claro; hablemos, por ejemplo, de la UEFA, de la FEF…) parece más probable
un fraude que una ayuda.
Pensarán en Techo que cuánta razón asistía a
Flaubert en su célebre sentencia: “La fraternidad es una de las más bellas
invenciones de la hipocresía social”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario